La naturaleza habla.

La maldad se hace presente
entre las quemadas encinas
yo escuche en esos montes
que el sufrimiento camina.

El monte hablaba a las alma
del chopo, el corzo y el río
que les daba vida nueva
si aceptaban el desafío.

El chopo que no se deje
talar por manos ociosa
que el verdor de sus relieves
es el pulmón de las rosas.
Que el corzo siga bramando
y que sus cascos redoblen
que de sus bellos sonidos
tiene que aprender el hombre.

Y al río que no se pare
en meandros inseguros
para que el hombre no mate
de la vida su futuro...

Todos los árboles hablaron
y el hombre sigue tan sordo
que mueren envenenados 
el río, el chopo y el corzo...
















Esta noche no te libras...

Esta noche no te libras
cuando te tenga en la cama
de llenarte de caricias
que hagan temblar tu alma.

Ya cuando mis dedos vuelen
por los surcos de tu espalda
ya verás como tu sientes
la dicha en mi boca amada.

Que cuando tus labios tengo
mientras mis brazos te abrazan
cien soles de sentimientos
encienden más tu mirada.
No quiero que pase el tiempo
ni que llegue la alborada
quiero morir de ese tormento
entre tus muslos, mi amada.

Quiero que la luna llegue
que el sol se retire a dormir
y que en tu cuerpo me quede
para sentirme morir.

Esta noche no te libras
quiero que tu piel se queme
y antes de que llegue el día
sientas tambores en tus sienes.
















Tu tienes las redondeces...

Tu tienes las redondeces
para el tacto de mis dedos
para mis besos salvajes
para calmar mis anhelos.

Todo tu cuerpo es camino
y caminando tu cuerpo
¿Para que llegar a un destino?
si en tu cuerpo yo me quedo.

Que mis pasos yo los hago
despacio por tus vertientes
para arrancarte suspiros
cuando yo llego a tu vientre.
Allí se me van las prisas
porque quiero con mis dientes
morder todas tus esquinas
mientras tus suspiros enciendes.

Y el dulce sabor de tus mieles
impregnan mis labios secos
y en el fragor de tus corrientes
mis labios se vuelven fuego.

Yo me pierdo entre tus muslos
tu te pierdes entre mi gozo
y alejamos nuestros cuerpos
para mirarnos a los ojos...
















Paloma, mi blanca paloma.

Quisiera ser ese macaco
para abrazarte, paloma
besar en tu tu pecho blanco
y oler de tu suave aroma.

Ya que tan lejos mi amor
no disfruto esa aventura
de rozarte con mis besos
sintiendo tus suaves plumas.

Tu, conviértete en ese ave
cruza mares y montañas
y por fin ya vente, vente
que yo te espero en España.
Que todo en amor es posible,
que la vida pronto acaba
si los sueños no se cumplen
con la mujer que uno ama...

Yo ya me siento impaciente
porque se cumpla este sueño
y aunque seamos diferente
quiero sentirte en mi cuerpo.

Paloma, mi hermosa paloma,
que tus plumas a mi me cubran,
y cobija toda mi alma
para no seguir en penumbra.
















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