Que difíciles son los fines de semana
cuando la distancia se hace insoportable
y dentro, en lo mas profundo de mi alma
no tengo tus suspiros que a mi pecho hable.
Es un mundo entero, el que nos separa
una geografía inmensa para poder volar
y por no poder acariciarte con la mirada
nuestras manos se extienden para soñar.
Y se produce ese milagro, que sin tenernos
nuestras manos se unen y se acarician
y seguimos sintiendo y seguimos amándonos
y acortamos la distancia entre sonrisas.
Es la unión de esos correos y mensajes
que hacen que sigamos siempre fundidos
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