Sobre la barra del bar...

Sobre la barra del bar
la copa se me hace amarga
me asalta la soledad
por no tenerte mi amada.

Camarero, dame otro trago
que estoy muriendo de amor
dámelo por favor entero
aunque ya no vea el sol.

Otro trago y otro más
las horas pasan despacio
a la puerta voy a mirar
y yo vacía la hallo...
De nuevo voy a mi asiento
la copa está vacía
me bebo del alma el llanto
creyendo que ya no venias.

Pido una botella entera
que quiero que acabe pronto
el dolor que a mi me altera
en mi pecho el sentimiento.

Un vuelco me da la vida
tu perfume se hizo presente
ya se alejan mis heridas
cuando en tus brazos me tienes.
















Entre brumas yo recuerdo

Entre brumas yo recuerdo
tus muslos tersos y jugosos
las curvas de tus glúteos duros
delicias para mis ojos...

No se si yo lo he soñado
o es recuerdo de ese hotel
donde en París apasionado
creí morir de placer.

Solo se que sobre tus curvas
me sentí ya motorista
que subía sobre tus dunas
o bajaba a llanas pistas.
Sentía que estaba ganando
la carrera por etapas
ahora subo y ahora bajo
sobre la piel de tu espalda.

Ya mediada esta carrera
tus curvas en mi vientre arden
ya no hay frenos que me valgan
ni curvas que me derrape.

Ganamos los dos en París
esas carreras de amor
y por el circuito feliz
morimos de amor los dos.
















Te abrazaré con cariño ante la luna...

Bella mujer, cuando los sábados
tan alejada te tengo, mis gemidos
se me escapan del pecho y mis sentidos
quieren gritar amor, en tu pecho dormido.

Como una ninfa de cuentos, desnuda
en un tienda de un tórrido desierto
te me presentas con tu cara adormecida
y yo, yo me lleno de ternura y sentimientos.

Cierro los ojos para que no se me escape
la instantánea que en mi estoy fabricando
y en ese sitio donde el dátil arde
sacio mi sed, cuando te estoy bebiendo.
Los cuarenta grados del sol abrasador
sobre tu piel es una fresca melodía
no hay nada como abrazarte con amor
y escuchar tus gemidos de alegría...

No descansaremos bajo esa carpa
de lona amarillenta por el tiempo
hasta que tu no tengas llena el alma
de este amor y pasión, que por ti siento.

Y cuando el frío de la noche entre las dunas
al retirarse el sol en la lejanía
te abrazaré con cariño ante la luna
que será la testigo, hasta el nuevo día...
















Por donde quiera que voy...

Por donde quiera que voy
caminando tras tus pasos
mi corazón yo te doy
y rosas nacen en tus brazos.

Se hace el sendero hermosura
cuando las rosas lozanas
me señalan con ternura
el balcón de tu mirada.

Hoy se me plantó aquí una
que orgullosa esta mirando
la luz que hay en mi alma
porque yo te estoy amando.

Y yo la llevo a mis labios
mientras mi pecho suspira
y te convierto con besos
en paloma blanca y pura.

Extiende las alas y volando
te vas hasta el horizonte
y yo me quedo pensando
vuelve pronto, que el corazón no responde.

Ángel Reyes Burgos

Notas de amor...

Voy a utilizar tu cuerpo
como si fuera guitarra
con pasión y sentimiento
rasgar las cuerdas del alma.

No la tocaré con dedos
solo con versos y palabras
que no deje libre un hueco
y entones mil alabanzas.

Sostendré las notas mayores
donde termina tu espalda
y abrazándome a tu vientre
mis mejillas en tu pecho pegada.

Como guitarra te abrazo
y deslizando mis manos
por esas curvas te beso
piel, de la que soy soberano.

Voy a templarte, crayola
con besos de amor sinceros
sobre tu cuerpo de olas
que te lleven al mismo cielo.

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